Cedrón: de suave
sabor alimonado, es sedante, aumenta la secreción de jugo gástrico, facilita la
digestión y la eliminación de gases intestinales.
Manzanilla: se usan sus
aromáticas flores. Adecuada en trastornos digestivos, combate el estrés, el
insomnio, los dolores menstruales y calma dolores de cabeza. Actúa sobre el
sistema inmunológico atenuando reacciones alérgicas. No se aconseja durante el
embarazo y en período de lactancia.
Menta: de sabor y
aroma fuertes, refrescante, estimula el funcionamiento del aparato digestivo y
permite que los bronquios se dilaten y aumente la circulación de aire en los
pulmones.
Tilo: actúa como
sedante, modera la excitación y tiene efecto digestivo.
Canela: útil en caso
de estreñimiento y digestiones lentas, incide en la acumulación de gases en el
tubo digestivo. No se aconseja en el embarazo, lactancia y en casos de úlcera.
Limón: favorece el
proceso digestivo, depura la sangre, es diurético.
Cáscara de naranja: combina muy
bien su sabor cítrico con el té negro. Disminuye la ansiedad por su poder
sedante, es digestiva.
Jazmín: uno de los
más famosos de la China. De suave y perfumado aroma, posee un efecto
tranquilizador y relajante.
Rosas: cuenta con
propiedades digestivas y antioxidantes, tiene efecto laxante, gracias a su
delicioso aroma, relaja la mente y el cuerpo.
Jengibre: de sabor
picante, es digestivo y mejora la circulación sanguínea.
Té blanco: las hojas son
secadas a la intemperie, su producción es escasa y el precio es elevado. Son
necesarios 80 mil brotes para producir 250 gramos.
Té verde: las hojas se
calientan con vapor y le dan un color verde oscuro. Es antioxidante, reduce el
colesterol, los triglicéridos, la grasa corporal y regula el nivel de insulina
en la sangre. Evita que se formen coágulos y acelera la circulación sanguínea.
Té rojo: es un té
verde que luego de un proceso de maduración se transforma en rojo. Es
adelgazante y refuerza el sistema inmunitario. Beneficia la digestión de
comidas ricas en grasa. Disminuye el nivel de colesterol y activa el
metabolismo.
Té negro: es el que
acostumbramos a tomar. Se obtiene triturando las hojas recién cosechadas, se
las deja al aire libre y se vuelven negras cuando se secan. Favorece la
relajación de los vasos sanguíneos y protege el sistema cardiovascular. Es
antioxidante, diurético y estimulante.
Té oolong o azul: su
procesamiento es igual al del té negro, aunque más corto, lo que produce un
color y sabor intermedios entre los del té verde y el negro. Aumenta las
defensas, es rejuvenecedor y equilibra el peso corporal.
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